Por Paola Mejía (alumna del curso Formación Humana y Compromiso Social)
En 1982, durante la guerra por las Malvinas, se puso de moda una canción de años anteriores, escrita por León Gieco, que pedía a Dios no ser indiferente ante la monstruosidad de las guerras. En los registros de la memoria, la guerra y su alegato pacifista se han archivado juntos.
Sólo le pido a Dios
Que el dolor no me sea indiferente,
Que la reseca muerte no me encuentre,
Vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.
Todos deberíamos de vivir los días al máximo y disfrutar cada experiencia que se presente sea buena o mala, el valor está en sacar una enseñanza de todo, y estar satisfechos de que lo que hicimos fue lo correcto. Y no temer cuando llegue nuestra hora arrepentirnos de cosas que no hicimos y pudimos haber hecho.
Sólo le pido a Dios
Que lo injusto no se sea indiferente,
Que no me abofeteen la otra mejilla,
Después que una garra me arañó a esta suerte
Siempre pensamos que las cosas malas que nos pasan son consecuencia del destino y nos absolvemos la culpa, sin pensar que en realidad todo es consecuencia de nuestros actos y debemos de saber enfrentarlos y solucionarlos en lugar de sólo darnos por vencidos o dejarnos caer.
Sólo le pido a Dios
Que la guerra no me sea indiferente,
Es un monstruo grande y pisa fuerte
Toda la pobre inocencia de la gente.
La guerra es la peor manera de resolver los conflictos, porque la mayoría de las veces pagan justos por pecadores y no es justo que toda la gente inocente sufra o pague por culpa de los líderes. Todos deberíamos de buscar la paz y no me refiero a guerras entre países, también debemos de empezar por nuestro entorno y conflictos que nos afecten o no nos dejen vivir en paz, por ejemplo conflictos familiares, religiosos, culturales, de razas, etc.
Sólo le pido a Dios
Que el engaño no me sea indiferente
Si un traidor puede más que unos cuantos,
Que esos cuantos no lo olviden fácilmente.
Cuando tú confías en alguien nunca te pasa por la cabeza que esa persona te pueda herir o traicionar, y no sabes cómo actuar ante la situación, y no es cuestión de no perdonar, sólo que las experiencias te van dejando marcado y es difícil olvidar y eso no permite que cuando tengas una experiencia similar confíes fácilmente, pero debemos de saber que no todos somos iguales y siempre habrá un resultado diferente, sólo es cosa de darse la oportunidad.
Sólo le pido a Dios
Que el futuro no me sea indiferente,
Desahuciado está el que tiene que marchar
A vivir una cultura diferente.
No debemos ser indiferentes a las personas que nos rodean, pues muchas veces mientras nosotros estemos bien no nos preocupamos por las condiciones o problemas que aquejan al prójimo. No debemos de esperar a que la situación sea desastrosa para poder actuar ante ella, debemos de tratar siempre de ayudar con lo poco o mucho que podamos desear.
También puede ser acerca de que siempre tenemos un futuro planeado y esperamos que así sea, pero no nos ponemos a pensar en cómo actuaríamos sí este cambiara y por eso cuando nos ocurre algo malo, nos es muy difícil afrontar la situación. Debemos de saber actuar y reaccionar ante las distintas situaciones que afrontamos durante nuestra vida.
Sólo le pido a Dios
Que la guerra no me sea indiferente
Es un monstruo grande y pisa fuerte
Toda la pobre inocencia de la gente.
Esta canción me llamo la atención pues aunque no es una canción muy conocida o popular, el mensaje que nos deja es muy cierto y son pequeños detalles que hacen una gran diferencia. Ojalá que las pequeñas reflexiones les sirvan un poco para tratar de entender distintas situaciones y así hacer algo por cambiar. Espero que les guste.
Creo que todos deberíamos hacer un alto a nuestra vida y ver qué estamos haciendo bien y qué estamos haciendo mal, porque muchas veces sólo vivimos al día sin pensar en mejorar o cambiar distintos aspectos negativos y luego viene el arrepentimiento de saber que pudimos hacer las cosas diferentes. Ojalá hiciéramos este ejercicio y tratáramos de vivir cada día al máximo disfrutándolo como si fuera nuestro último día… y no arrepentirnos de nada de lo que hacemos.
27 de abril de 2006
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1 comentario:
Pienso que en la vida hay cosas más importantes de las cuales la sociedad tiene que preocuparse, comenzando por los problemas que nos envuelven cada vez más sin encontrar un límite; así, si nuestra sociedad actuara como debe ser, no tendríamos que preocuparnos por guerras, pues existiría igualdad dentro de ésta.
Creo que nuestro mundo cada vez se torna más peligroso de la manera más simple. Pues depende únicamente de que un país decida lanzar algún ataque contra la sociedad sin importar la oposición del resto del mundo.
Para mí es evidente que con esto, la sociedad intenta ignorar las diversas miradas sobre la realidad en que abundan los problemas, una realidad inmediata que aborda la problemática ecológica, económica, cultural, entre otras. Debemos generar paz dentro de nuestra sociedad para que le dé sentido y pueda enriquecer la visión de las personas abordando así, solidariamente los conflictos.
Pienso que la guerra es un fenómeno social que resulta como punto de partida para la lucha continua por el poder, donde los que se creen superiores al resto hacen a un lado a los necesitados e incluso los eliminan del contexto social.
Sin embargo, es triste darme cuenta que la actitud de la sociedad sobre la propuesta de soluciones frente a guerras y otras problemáticas, es deficiente, pues tal parece que se conforman con proponer sin llevar a cabo tales ideas que es lo que realmente necesitamos para conseguir el progreso que nos exige nuestro mundo.
Creo que nos cuestionamos sobre la guerra y la paz obteniendo sólo respuestas que lo único que nos muestran son contradicciones.
Algunos creen que la paz se asegura como consecuencia de la justicia social, pero siento que es una justicia que aún no se da, pues se puede percibir la explotación y discriminación de los países considerados de Tercer Mundo principalmente.
También es cierto que debemos estar preparados para todo lo que nos pueda ocurrir, pues no sabemos con certeza lo que vaya a pasar o lo que nos toque vivir en un futuro.
Pienso que la sociedad debe detenerse a analizar su entorno y pensar en los demás sin enfocarse únicamente en sus propios intereses, pues para lograr la paz debemos estar bien con los demás así como con nosotros mismos. Por lo tanto debemos actuar ya, antes de que sea más difícil solucionar el problema.
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