24 de marzo de 2006

Del tiempo y otras necedades

Por Ana Villazón Laso

Muchas veces he escuchado y también dicho, frases como: “qué pérdida de tiempo”, “lo único que logró fue hacerme perder mi tiempo”, “no tengo tiempo para estas tonterías”, “no le voy a destinar un solo segundo de mi tiempo a esto”, etc.

Pero ¿el tiempo nos pertenece? ¿Podemos poseerlo? No sé, quizá en el mundo de hoy donde gobierna la propiedad privada hemos entendido, por consecuencia, que el tiempo también es una pertenencia, o es quizá porque podemos llevarlo cargando en la muñeca o porque podemos tenerlo colgando en la pared.

Quizá sea porque podemos adelantar o atrasar una hora al reloj según nos convenga o porque cada país tiene un horario diferente, o quizá porque podemos calcularlo en una ecuación física. A lo mejor tiene que ver con que en algún momento la organización de la sociedad giró de tal forma que los minutos y las horas empezaron a cobrar una relevancia tal que permitían que todo funcionara ordenadamente.

Y no creo que todo lo dicho anteriormente esté mal, al contrario, incluso si se es preciso con el cumplimiento de los acuerdos con respecto al tiempo, se vive una virtud importante: la puntualidad, y eso te ayuda a ser entonces una persona virtuosa, gracias al tiempo.

Existen culturas más apegadas a esta virtud, por ejemplo los británicos son famosos precisamente por respetar con disciplina estos acuerdos de horario. Por el contrario los mexicanos tenemos fama de no apegarnos muy estrictamente a estos compromisos y es común hacer reflexiones como: “Si la invitación dice a las 7:30 entonces seguro empieza a las 8:00, porque si no diría 7:30 en punto” y esto se ha hecho una norma social, aunque sin duda hay quien se rebela y llega a las 7:30 sabiendo que tendrá que esperar media hora, pero con la intención de hacer ver que es importante respetar lo acordado.

Pero de nuevo me pregunto ¿el tiempo nos pertenece? ¿Podemos poseerlo? Yo creo que no, considero que el tiempo, como muchas cosas en la vida, no le pertenece a nadie, es un regalo. Podemos llevar un reloj en la muñeca pero no sabemos cuántas horas, minutos o segundos nos quedan de vida, entonces el tiempo se nos da cada día como un don, y los dones se comparten, no se venden, no se dan en caridad, no se mendigan.

Muchas veces me ha tocado que al recibir, por mi trabajo, a diversos padres de familia, muchos de ellos inicien con esta frase “Maestra, gracias por recibirnos, no queremos quitarle mucho tiempo” pero, ¿en verdad me pueden quitar “mi tiempo”?, ¿puedo yo hacer lo mismo con otra persona y robarle “su tiempo”? ¿Será entonces que al coincidir en el mismo lugar nos robemos tiempo los unos a los otros?

Considero que no, pienso que el tiempo es común a todos, como el sol, el aire o las estrellas, y lo único que podemos hacer es aprender que las horas, minutos y segundos, se comparten, nunca se roban o quitan, no tenemos ese poder. Aunque hay quienes creen que sí lo tienen y se atreven a quitar la perfecta sintonía que existe entre la vida y el tiempo a otra persona, pero esta sintonía que cada uno experimentamos no sabemos cuando dejará de ser un binomio inseparable. No venimos con una etiqueta que anuncie el momento en que nuestro propio reloj dejará de funcionar.

Por ello es importante saber que aunque el tiempo no es una posesión, sin duda, podemos elegir con quien lo compartimos, y sobre todo con qué actitud lo hacemos. Puedo elegir si la mayoría de las horas, minutos o segundos los comparto con mi computadora o mi oficina o mi jefe. Pero también puedo elegir compartir el tiempo con mi familia, mis amigos, la naturaleza o con Dios, lo más importante es que puedo elegir.

Sin duda, y por experiencia propia, hay momentos en que no queremos pasar esas horas o minutos preciados de vida con alguna persona o en algún evento al que no queríamos asistir y lo vemos como un desperdicio de tiempo, de “nuestro tiempo”. Pero, aunque no queramos estar en ese lugar o con esa persona, el tiempo sigue siendo común, no nos pertenece, y esas horas o minutos que vivimos compartiendo en un lugar que no nos motiva también son un regalo y pueden ser las últimas horas y minutos de vida. Entonces interviene el hermoso don de la voluntad, que actúa dándole fuerza a un pensamiento: “no quiero o no me gusta estar aquí, pero elijo estar en este lugar agradeciendo el tiempo que me permite compartir la vida con alguien más, sea quien sea, incluso simplemente conmigo mismo, para de esta forma valorar la vida como venga, con lo que venga”.

Con lo dicho anteriormente sólo quiero motivar a una reflexión, veamos al tiempo como un regalo común a todos los seres humanos, que no hace distinción entre “buenos” y “malos”, es un don gratuito pero que un día sin previo aviso suspende su presencia, por ello valoremos cada segundo que podemos ver transcurrir en el reloj que llevamos en nuestra muñeca, aunque no tengamos un certificado de propiedad sobre ese tiempo. Busquemos compartir las horas y minutos de vida con quienes amamos y que nos hacen sabernos amados, es ahí donde trascendemos y tocamos la eternidad.

Termino agradeciendo que podamos, a través de este escrito, compartir unos minutos de nuestras vidas, coincidiendo en el tiempo que se nos regala.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El artículo resulta interesante, pues me doy cuenta que a diario todos disponemos del mismo tiempo y cada quien decide en qué y cómo invertirlo. El tiempo es algo realmente valioso y debemos disfrutarlo al máximo, pues es un recurso que no puede recuperarse si lo malgastamos.

Considero esencial aprender a vivir en el presente consiguiendo lo máximo cada día. Por eso es indispensable compartir nuestro tiempo con personas especiales y dedicarlo a cosas o actividades realmente importantes para nosotros e incluso dedicarlo a nosotros mismos, pues el tiempo no espera por nadie.

Además no debemos vivir arrepintiéndonos de algo que hemos hecho, pues es pasado y no podemos hacer algo para cambiarlo, simplemente podemos buscar la manera de mejorarlo. Asimismo, no sabemos lo que puede pasar el día de mañana, por eso debemos tener presente que si queremos hacer, experimentar o disfrutar algo, debemos hacerlo en el momento.

Logré reflexionar acerca de mi tiempo, pues muchas veces nos la pasamos preguntándonos cuántas horas debemos dedicar a las tareas, estudios; pero pienso que esto se debe a que el sistema en que vivimos olvida el significado del tiempo como factor esencial en nuestra vida. Determinar lo que es importante y lo que no lo es, es difícil, pero: ¿qué haríamos si no tuviéramos miedo?, creo que aprenderíamos a aprovechar al máximo nuestro tiempo.

La única manera de concentrarnos en lo importante consiste en renunciar a lo urgente, pues debemos evitar que en nuestra sociedad predomine la urgencia y el corto plazo y dejar de vivir con velocidad haciendo a un lado el “todo es para ya”.

Necesitamos aprender a controlar nuestro propio tiempo actuando sobre nosotros mismos buscando la calidad de éste en lugar de la cantidad guiándonos por lo que queremos más que por un reloj, maximizando nuestra persona y no las posesiones, ya que es importante invertirlo en lo que nos llena. A veces tener tiempo de calidad requiere renunciar a muchas cosas y llegar a otras haciendo poco pero de forma intensa.

Por lo tanto, pienso que no debemos distinguir mucho entre el tiempo de ocio y de trabajo, pues ambos deben producir las mismas sensaciones.

Anónimo dijo...

Es muy interesante lo que se reflexiona en este blog...¿será que nosotros poseemos las horas, minutos y segundos que vivimos cada día?

Creo que no se puede asegurar que "somos dueños de nuestro tiempo" porque como lo menciona el blog, no decidimos el tiempo en que vamos a nacer ni el tiempo en el que vamos a morir. Yo veo al tiempo como una dimensión en la cual se habita.

Lo que si es cierto es que todos nosotros elegimos cómo y con quién pasamos más tiempo o a qué actividad le dedicamos más horas. Cada día tenemos disponibles 24 horas para hacer lo que mejor nos parezca. Cada día tomamos muchas decisiones con respecto a los minutos que le prestamos a cada responsabilidad o actividad que debemos realizar.

Yo me he dado cuenta que a veces pierdo numerosos y valiosos minutos en estar simplemente tratando de organizar lo que haré el siguiente día. Me la paso a veces decidiendo el día anterior a qué hora tengo que hacer "esto" ... después a tal hora necesito ir a "allá", etc. Puedo ver que en vés de estar planeando tanto lo que tengo que hacer, sería mejor anotarlo todo en la agenda y al día siguiente simplemente llevar a cabo lo que debo hacer, ya que un día antes no sé que imprevistos o situaciones se pueden presentar que impidan la realización de dichas responsabilidades. Me ha pasado que planeo todo a detalle y la mera hora, por "x" o "y" situación, ya no se lleva a cabo lo que tenía planeado, es entonces cuando pienso: "¿para qué perdí tanto tiempo planeando esto? si a fin de cuentas no resultó como quería".

Por eso es que quiero terminar diciendo que sólo debemos enfocarnos a aprovechar los minutos que estamos viviendo HOY, AHORITA, en vés de ver hacia lo que todavía no ocurre o hacia lo que puede suceder.

Anónimo dijo...

Este pensamiento me hizo pensar mucho y creo que lo que dice es muy cierto, en muchas ocasiones vivimos preocupados por que no tenemos tiempo….. por que tenemos mil cosas que hacer y tal parece que este no es suficiente, pero como lo dice la lectura ¿el tiempo nos pertenecer?, yo creo que más que eso deberíamos de aprovecharlo al máximo, sin pensar y planear día con día en lo que vamos hacer, al día siguiente, yo soy de las personas que piensa que es mejor preocuparse y vivir este momento que pensar en un futuro, nadie nos asegura que podamos seguir aquí, es por eso que creo que el tiempo se debe compartir como lo dice la reflexión, que debemos explotarlo al máximo para que cada segundo, minuto, hora o día aprendamos algo nuevo y vivamos satisfechos y orgullosos con lo nuestros logros y aprendizajes

Anónimo dijo...

Creo que la publicación nos muestra una extraña pero real situación y es que es verdad no hay nadie que nos otorgue un titulo de propiedad sobre el tiempo y es que de las horas que tiene un día nadie dice a ti te tocan dos a mí una, etc. es ahí donde veo yo el sustento del artículo, como el tiempo no puede ser fraccionado para ser repartido entre los habitantes del planeta es por eso que nos pertenece a todos y es un bien para compartir y el cual debemos aprovechar pues es verdad que nadie sabe cuanto tiempo le queda de vida ni aun un persona a la que su médico le ha dado 6 meses pues no sabe si un milagro le prolongara ese tiempo o morirá antes, por ello debemos disfrutar no solo cada día sino cada hora y minuto al máximo por que podría ser el último de nuestra vida.
Anaí

Anónimo dijo...

La lectura es muy cierta muchas veces nos estamos quejando de la forma en que estamos utilizando el tiempo y son muy pocas las ocasiones que agradecemos por el tiempo que estamos pasando y lo que tenemos en este momento, casi siempre vivimos en otros tiempos, pasado o futuro, es muy cierto que es muy bonito recordar, como dicen recordar es vivir, pero tampoco puedes vivir en el pasado, por que mientras estas ahi tu presente se te esta esfumando, de igual manera no puedes estar todo el tiempo pensando en tu futuro, porque llegara ese momento y lo que era presente sera pasado y te daras cuenta que no lo viviste de la manera en que talvez te hubiera gustado, todo por no estar viviendo el momento y de igual manera disfrutarlo, la vida esta pasando segundo a segundo, no nos podemos perder un solo segundo y tenemos que sacarle el mayor provecho a este, aprendiendo para que cuando el futuro se haga presente sepamos enfrentarlo!!

Gregoria Guzmán Muñiz dijo...

¡Excelente artículo! Magnificas reflexiones, comparto la idea de que el tiempo es un regalo, un privilegio que se nos ha concedido al poder vivir en esta dimensión terrenal; nadie sabemos cuánto tiempo vamos a estar en este planeta; porque no entonces, aprovechar ese privilegio para aprender a compartir y vivir en armonía. Si coincidimos en algún espacio físico tenemos la opción de decidir ¿Cómo y Con quién? Compartirlo y creo que eso ya es suficiente ganancia. ¿No creen? .
Lo importante creo yo, es aprovecharlo y gozarlo al máximo, disfrutarlo en aquello que nos satisfaga, no renegar, y sobre todo, no creer que el tiempo nos pertenece .¡ Aprovechemos la oportunidad de ser y estar . Realmente es un escrito que motiva a la reflexión personal en este sentido. ¡ Gracias! por compartir y coincidir en este espacio y en este tiempo.
¡Saludos!
Goyita.